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Un momento de reflexión por el Orinoco Colombiano




Alejandro Siblesz casi gruñe cuando le preguntan cuál es su parte favorita de la cuenca del Orinoco. ¿Son las playas que emergen de las aguas claras de las orillas del río Bita en verano? ¿Es la magia de la reserva natural Bojonawi, donde el canto de los pájaros resuena en todo el bosque inundado? ¿O las gigantes y austeras rocas de La Ventana, sembradas de pozos?

Consentido con tantas opciones, a Alejandro le queda difícil escoger. Originario de Venezuela, lleva más de ocho años viviendo en la Orinoquía colombiana y ama su trabajo de guía turístico, que lo obliga a navegar los ríos de la región, a recorrer sitios conocidos y a descubrir lugares inexplorados.

Gran parte de sus clientes son pescadores deportivos que llegan entre diciembre y abril para atrapar la enorme variedad de peces del Orinoco. Pero Alejandro quiere llegar a otro nivel y que el ecoturismo se vuelva el futuro de la región, para que los visitantes puedan ver la fauna salvaje con sus propios ojos y no solamente en fotos, documentales y en sus platos de comida. Desde ya ve que crece la demanda por los tures de avistamiento de delfines de agua dulce y hay cada vez más huéspedes en los primeros hoteles ecológicos de la región.

“Siempre le digo a la gente que no puede venir solo una vez. Si vino en verano, también tienen que visitarnos en inviernos. Hay que ver los increíbles cambios que vive el paisaje”, dice Alejandro. Para él, y para todos los que viven del creciente sector turístico, tener una cuenca del Orinoco saludable es crucial para sus bolsillos. Las abundantes reservas pesqueras, la población de delfines y los exuberantes bosques de la región tienen que ser manejados de manera sostenible y no explotados para ganancias a corto plazo.

En la cuenca del Orinoco WWF Colombia, de la mano de WWF US y la universidad de Maryland, tiene un programa pionero para determinar cuál es la salud de los ríos y en qué lugares y acciones se tiene que enfocar la conservación. Este reporte podrá ayudar a proteger el Orinoco y un futuro donde el turismo ecológico sea la apuesta.

El reporte le va a ayudar a todos los que estén interesados en la región, desde operadores de viajes como Alejandro hasta instituciones oficiales y potenciales inversionistas, para que entiendan cuál es el estado actual del Orinoco y porque su salud es importante para todos.

Claro, mientras Alejandro construye su negocio ecoturístico, espera que los resultados de la cuenca del Orinoco sean positivos, pues sin duda será una excelente herramienta publicitaria. Comenta que quiere mostrarle al mundo “cómo es un río con todas las de la ley: toda su fauna, toda su flora, aguas saludables. Esperamos que eso se refleje en el reporte final”.

Con una herramienta de este tipo, Alejandro también espera que todas estas ventajas logren mantenerse en el tiempo. Después de todo, quiere seguir explorando los recovecos de la cuenca, para ver si logra encontrar su sitio favorito.


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