San José Obrero: La leyenda olvidada de Efraín González
Ocurrió el 9 de junio de 1965 en San José este operativo. Fotografias en blanco y negro tomadas de Periodico El Tiempo 10 de abril de 1965, Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Colombia.
Si muchos nos impresionamos por las operaciones militares que durante los últimos años se han visto por la televisión, en donde los más poderosos líderes guerrilleros han caído en mano de los militares que han combatido día y noche por preservar la seguridad de los que vivimos en Bogotá, tal vez se olvide que en Rafael Uribe Uribe, para ser exacto en el barrio San José Obrero, lugar donde se encuentra su tradicional iglesia que es patrimonio cultural o el Colegio Femenino Mercedes Nariño que es el único Colegio Público que aún conserva esa línea de ser una institución exclusiva de mujeres, también se guarda en la memoria de los pocos habitantes que superan los 60 años la historia del hombre que durante los 50 era el terror de los llanos y que el solo rumor de su llegada era el signo de la mayor zozobra para cualquier población: Efraín González alias “El Siete Colores”.
Fotografias en blanco y negro tomadas de Periodico El Tiempo 10 de abril de 1965, Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Colombia.
Transcurría el año de 1965, año en que el presidente era el primer conservador del Frente Nacional: Guillermo León Valencia, y quien en medio de su plan de proteger al país, atacaría a lo que él consideraba el origen de los conflictos en el campo colombiano como eran los jefes de las guerrillas bipartidistas y las recién creadas guerrillas izquierdistas, que inspiradas en la revolución cubana querían cambiar a un país gobernado solamente por las familias más acaudaladas del país. Sin embargo aun Tirofijo o incluso el Cura Torres no eran las grandes figuras del momento, sino el ser que era el más perseguido de Colombia, era el último de los grandes cabecillas de la Guerrilla Conservadora y quien para el momento de su muerte iba con el objetivo de rescatar de la Cárcel El Buen Pastor que en ese entonces quedaba donde hoy es una de las secciones de la Universidad de los Andes, a una de sus amigas y líderes del movimiento que cercano a su caída aún tenía el símbolo de ser el terror del oriente colombiano.
Fotografias en blanco y negro tomadas de Periodico El Tiempo 10 de abril de 1965, Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Colombia.
Lo que él no sabía es que era una trampa hecha por el ejército para atraparlo en la capital que aún no era la densa ciudad que hoy conocemos, sino que para ese momento estaba creciendo paulatinamente, especialmente en el sur donde el barrio San José era el hogar de cientos de obreros que asentaron sus hogares en un nuevo sector que tenía como vecinos a la futbolística Olaya, la hippie Quiroga y la invadida Colinas que eran en ese entonces otras protagonistas de la historia contemporánea de la Bogotá que se volvía la de todos. Pero solamente faltaba un ingrediente para que el plan del ejército, la policía y el joven DAS fuera el detonante del operativo, y era el mejor GPS con el que cualquiera contaba en el momento: El chisme.
Fotografias en blanco y negro tomadas de Periodico El Tiempo 10 de abril de 1965, Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Colombia.
Y así llegó el día, el 9 de junio de 1965, cuando gracias al rumor de los vecinos que veían como en la casa de la familia de una viuda de un suboficial del ejército entraba alguien que por los carteles que habían colgados en las paredes de su barrio se asemejaba al de la foto del más buscado del momento, informarían a las fuerzas de la ley y para las 9 de la mañana estarían apostados en San José para comenzar unas horas después a las 2:30 pm, con los primeros disparos que salieron del arma del guerrillero González, matando a uno de los agentes del DAS que interrogaba ala familia que lo había acogido: Los Pinilla. Sin embargo la operación transcurrió en medio de balas por todas las viviendas cercanas, un combate que duraría hasta las 6:30, cuando un arma de dispersión seria la protagonista como lo era el Gas Lacrimógeno, el cual hizo que Efraín González saliera entre los tejados, llegando a las 8 de la noche el fin del guerrillero cuando en un lote baldío de la Calle 27 Sur con 12H cerca de la Avenida Caracas, mezclándose entre la multitud fuera encontrado y muriera a mano de las balas que los militares, policías y agentes de los servicios secretos colombianos le dispararían a la humanidad del occiso que fuera la figura más famosa de la Guerra Bipartidista de los años 40 y 50.
Fotografias en blanco y negro tomadas de Periodico El Tiempo 10 de abril de 1965, Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Colombia.
Sin embargo, y a pesar de que esta fuera la primera acción de inteligencia y baja de un guerrillero registrada en la Colombia actual, el mayor recuerdo, las viviendas que vieron este acontecimiento están siendo objeto del proceso más doloroso por muchos pero grata para otros como es la demolición y la construcción de la moda urbanística que tiene Bogotá como es la de crear apartamentos. Por eso, hoy antes de que se vaya tal vez la última vivienda que sobrevivía a ese momento y que curiosamente fuera el lote donde cayó González en el 65, que fuera construida 1 año después y que este año fuera vendida y como dicen coloquialmente “tumbada” para dar paso al progreso de la ciudad que mira hacia arriba y no hacia los lados, queda el recuerdo fotográfico de lo que hoy es solamente un espacio lleno de comercios de ropa deportiva, la continuación de las lechonerias del barrio Quiroga, iglesias y centros educativos de formación técnica que parecieran que hubieran enterrado un pedazo de la historia que fuera el origen de las operaciones militares que dieron baja a muchos guerrilleros de izquierda famosos y que llevarían a que hoy estén a punto de llegar a un acuerdo que pudiera llegar a dar algo de paz a un país que no lo dejan en paz, ni siquiera a su historia, la cual pudo nacer en donde muriera el Siete Colores.